viernes

Hablo en nombre del alba

Los pájaros no saben qué hacer con tanto cielo.
Es sólo un puro azoro el alba
de una resurrección rasgando su sudario.
El horizonte ofrece su diadema
y el menor soplo asciende a numen.

Un viento aún azul de lejanía
viene en busca del alma velera de los pájaros
que estallan sin demora en un motín de alas,
mientras el cielo empieza a sonar en sus picos
igual que el mar suena en las caracolas.

Navidad, crecimiento. Y lo viviente
con su inmortalidad de cada día.
Los pájaros no saben qué hacer con tanto cielo.
El cielo, el cielo, el cielo
proponiendo el olvido de la tierra
como los ojos de la amada
proponen el olvido de su cuerpo.


Luis Franco, Argentina, 1898-1988

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