domingo

La brusca poesía de la mujer amada

Lejos de los pescadores los ríos interminables
van muriendo de sed lentamente…
Fueron vistos caminando de noche hacia el amor
-¡oh, la mujer amada es como una fuente!
La mujer amada
es como el pensamiento del filósofo que sufre
La mujer amada
es como el lago que duerme en el cerro perdido.
¿Pero quién es esa misteriosa
que es como un cirio crepitando en el pecho.
Esa que tiene ojos, labios y dedos de formas inexistentes?
Por el trigo naciente en los campos de sol
la tierra amorosa elevó el rostro pálido de los lirios
y los labradores se fueron convirtiendo en príncipes
de manos delicadas y rostros cambiantes…
Oh, la mujer amada
es como la ola solitaria que se forma distante de las playas.

Posada mucho más allá del fondo estará la estrella.


Vinícius de Moraes, Brasil, 1913-1980

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